Nombra los corazones que han dicho mañana, a los que le ha urgido la paciencia, a los que le han arrebatado el silencio.
Nombra los corazones que en todo caso saben recuperar su sangre.
Nombra los corazones que emanan a toda hora su sabiduría detenida, su memoria equivocada, su muerte imperturbable, su aliento migratorio.
Nombra a los corazones que surcan el vacío como cualquier otro paraíso.
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