16 octubre, 2007



Complejo de Estocolmo. No hay nada como limar barrotes, pero si acaso tuviese que elegir cuáles limar exactamente, serían los que voy enderezando día a día.

14 octubre, 2007

(Nuevamente se cuelan sin posibilidad de escape, por dentro, dentro de mí. Y en la bajada de Libertador, con el aliento desgajado y la mentira evidente latiéndome en toda la cara. Espérase, como cualquier otro Goriot, aunque éste, che, éste llega… y si vieras cómo llega. J’ai tant revé de toi que tu perds ta réalité. Como cualquier otro Goriot.)

(se me antoja ahora que Goriot, al no llegar, no hacía más que inclinarse sobre sí, ubicarse en un final pero desde un principio muy cierto, entender que en todo paso hay siempre algo de menos, pero que justamente es tal no porque sea ejecutado, sino por la terrible huella que deja)

(lo cierto suele ser un complejo de lo invisible; su salida empieza en el hoy, sólo su salida resiste… el lustrador ya está mugiendo por la franela que va a ensuciar… nosotros miramos la mayoría de las veces por el visillo de la vida para ver cómo viene la mano. Y entonces. Un diario de vida es un planning. Es una posibilidad que no descarto. La otra comienza a hacerse menos lógica cada día. La idea de que Sí, contamos algo y que en eso nos asignamos una cierta responsabilidad. )

(En el moco inestimable de la pegatina maravillosa de Einsentein, con cortes demasiado perfectos entre ilusión e ilusión. Ahora Bill Evans parece ridículo a su lado. )

(mi ejemplar de Zama, el estúpido ejemplar anotado de tapas negras (clarín editions) inutilizable por más de dos meses, yendo a parar detrás de la almohada, primero, y detrás del respaldo, después;

la paciencia puede ocasionar el vértigo, como lo supo Rimbaud, como lo dice Di Benedetto a cada línea; el pulso Di Benedetto, su precisión, esa intervención quirúrgica del lenguaje, la demostración clara de que se puede ahogar uno en un vaso de agua sin que una sola gota caiga fuera)


(Nuevamente Libertador, con sus parques sin amor ya, con sus miles de atletas urbanos; yo no, yo voy fumando… tres o cuatro de la tarde)



(Y sí.

And the days are not full enough
And the nights are not full enough
And life slips by like a field mouse
Not shaking the grass
Pound, E, yes, he knew it)


(Undercurrent: noche en calma. Romain, alternate take #. Muy de a poco, se va haciendo de día. Escribo en el silencio del cuarto, rodeando a otros cuartos. Tengo un cuarto que puede sólo compartir fantasmas conmigo)

09 octubre, 2007

La vida es de rebote.

¡INSENSATO! – le han gritado, y él, de rebote, se ha sacudido una a una las pulgas, acabado el cafecito de las cuatro y le dio con el empeine (debería decir “empeinó”) a una bolsa de basura aburrida, allá en la madrugada.

Pero como si no bastara con esto y como si existiese un rebote por cada suerte, la suma vana de las desgracias no llega tan fácil a su rebalse. Ni rebotar es venirse fuera de uno mismo, ni pasarse de largo, ni mucho menos no alcanzar a llenarse. El rebote, como cualquier otro fenómeno, es único y se empeña en ser lo que esa caspa anodina es en lo azul de nuestros sacos.

07 octubre, 2007

Usted que creía que se las sabía todas eh. Pero arrímese, que le cuento, mire: ponga una de sus manos sobre esta mesa, usted sí. Dibuje su entorno con este crayón; vamos a hacerle lugar, dependerá del gigantismo o no de su mano; pero, veamos, hay lugar, su mano no es gran cosa. Y bien. Ahora deme su mano, confíe, no sea arisco, hombre. Mientras me aprieta la mano, mire el croquis de su mano dibujada en la mesa con crayón, y dígame: ¿no se siente un poco más mezquino que el resto del mundo? ¿no siente que esa mano que Ud. acaba de trasladar (la mano de su mano) no es menos fiel, pero sí exactamente su mano a la orden del día? ¿no ve que su mano dibujada, la cual le forja trascendencia, longevidad y otro montón de cosas igualmente consagratorias, es acaso una mano entre todas las otras manos dibujadas, o talladas, o esculpidas, incluídas las de Rodin, ocasionalmente robadas? ¿se fía Ud. de que esa mano, que me ha dejado en mitad de la mesa como un perfecto espacio en el que apoyar una pava, pueda acaso revelarse contra las otras manos y aún así traerle algunas tareas accesorias en las que ocuparse, ya sean las de mentir manos por cada otra mano y repeler manos por tantas otras manos y no poder ya tener mano (mano, tallador) en la que quedarse tranquilo, quieto, tributario de sólo una mano?
Amigo, dibújeme ahora algo que pase desapercibido y que se lo coma el olvido y que, por sobre todo, le cueste bien poco.
Porque UNO no tiene más que un alma que se rebobina a todas horas…


La filosofía de una prosa y una glosa: un centro que sea buque que sea surco que sea acaso:

con tal de verte puesta e incómoda puesta e indemne puesta: con tal de hacerte quieta y muy pero muy incómoda, quieta, y ya casi pero no tan indemne, quieta: con tal de que escribas tu nombre al fin de todo esto.

He dormido. Fustigo el como he dormido. He esperado. Insensato el como he esperado. He traído. Suspenso el como he traído. He hecho tantas cosas por vos que me deje en plena calle, el miedo, la memoria.


Muy por la noche, cuando enciendo cigarrillo entre cigarrillo. Yo no sé de diatribas. No sé de alfabetos. No sé de buenas a primeras, no sé. No sé pensar.
La idea empieza a ser de C, que me baraja en una mirada de pasillo y que en ella se inmola. Yo dejo los ojos. La sangre. La idea, digo, y me pongo detrás de la escalera a sopesarlo todo y me distraigo con el humo y las piernas que veo ir y venir
La idea de C. me baja como una araña por el cuerpo

Sujeta/ tan poco sujeta/
Agua que no has de poseer/
Sujeta/ sujeta/ tan poco sujeta/
Alma que no has de vivir/

Si ella/ siendo todas ellas/
Es más poco ella/ y siempre todas/
Adulterando el amor/
El amor que espera/
Quiero siempre un gran amor que nunca comience/

Si ella/ en todas ellas/
Menos ya siendo todas/ volviéndose ella/
Ella, pudiendo ser todas/
Acaba inútil perdiéndose en mí/

Como un amor que no comienza/
Que no es amor si es que comienza/
Si no es entonces esa promesa
sabia/
que ya no sirve


La filosofía de una glosa y una prosa: en realidad, no dejamos muy bien en claro de cuántas maneras una y otra se franelean y se lastiman. Mientras la una recorre todas las nociones de objeto, la otra totaliza en tantos objetos posibles una sola y única noción.


Un zarpullido y luego apartarse, push back & more, paredón y alter-paredón.

No hay hora más plena que la que se agiganta por nuestra buena suerte. Cuando duermen orgullosos los sueños, parece que no, pero sí: vivimos más. No importa qué es lo que vivimos, si puede o no mesurarse o calarse. Solo que –



hay tiempo.

03 octubre, 2007

En casos como éstos: tirar de la manija & push back. Así funciona la cosa. No sirve de exemplum, mismo no sirve de idea. Tirar de la manija & push back. A eso llamo, no sin cierta modestia, el entendimiento.

(advierto que me dirijo a ella como “la cosa”; advierto que me dirijo a la cosa como “ella”)