31 marzo, 2007

Not one-souled anymore

En dos días de estar como vine hoy. En dos días de componer el elenco de las sombras con un solo orgullo. De hastiarlas porque se miran y se tantean y me dejan irremediablemente fuera. Esta gramática de los saludos, lustrosa y ajustada al mínimo. Este trepidar en la más valiente de las mentiras y olerla y decirle que me hace bien. De no querer ya decir algo en serio. Las palabras, te dije, tejen su hora próxima, desconfían de su pasado. En las palabras, creí decir, estaba el futuro. Y en el futuro, estaba yo. Quieto y amable, como un novio en el altar.
Y sabías que iba a venir a decir te lo dije. Te lo dije y con tu sonrisa insospechada en mis labios. Te lo dije mordiéndome, pero con tus dientes. Te lo dije queriendo saber qué pasa, allí, donde no mucho, no nada, pasa.

Lubs, qué te dijo qué

Pero sabés que no despertaste de tanto, ya no como querías. Que ponerse los zapatos, que salir a caminar, y dónde. Y luego de tantas otras vidas imaginarias ves la tuya, la menos evidente de todas, la menos manipulable también. Y la que más te acerca (es cierto) a volverte uno con el espacio prometido, oficializar esa nada placentera, hacerla tu signo, prometerle a ella (y sólo a ella) ese ritmo soñado de agua, de aspavientos.
Después que se mezclen los tantos, el snowboardin’ continuo, la ocasión para la culpa (que siempre la hay), la decisión de negar lo que ya no podés negar, nene. Y entrás para decir, para decir o para repetir, “sí, aquí era”. Volver, volver, volver a Francis Ponge, a deletrear bajito. Volver a rugir y que te duela rugir. A perder y que te guste perder. A saber y preferir no saber. Y a ponerse de acuerdo en que no podés cargar una soledad maleante, una soledad patotera. Estos hiatos espirituales. It’s over, baby, we’re lonely tunes dancin’ like lonely puppets. Pero cómo puede haber tantos iguales a vos y tan distintos a vos (y tan iguales otra vez) que no se oyen. Aunque todo haya empezado cuando alguien te dijo qué.
Qué te dijo qué. Lubs, qué te dijo qué.

26 marzo, 2007

Holderlin Tower

Hey barquito...

Me hiciste acordar de cuando había un mar, tan grande y tan ancho, que lo cruzábamos sin necesidad de un alfabeto.

Hey barquito...

Humo perpendicular, dos diagonales en La Plata que se despedían en un bar, una cerveza tibia que peinaba su espuma.

Hey barquito...

Que Keats no nos hizo nada, que hace falta más o menos, pero que no nos hizo nada, ni Keats, ni Cummings, ni las 641 máximas de La Rochefoucalt.

Hey barquito...

Soy yo el que anda silbando My Favourite Things, de Irigoyen hasta Córdoba, con cara de que lo paren, le digan qué suerte, le digan qué hambre.

Hey Barquito...

Se nos acaba el tiempo, suena Kath Bloom, llueve, pero no hago nada.

23 marzo, 2007

Esta es una misión de Dios

(The Blues Brothers used to say)




Barato, muy barato. Ando negociando la manera de salir. ¡Es que huele todo tan nuevo!
huele a cosas enredadas...
Lamento no poder ser a veces ese otro que no soy para mí, lamento con ganas y hasta con cierto proselitismo, lamento no tener tanto que decir entre tanta letra muerta...

El espejo, al que una vez llamamos testigo, lleva el aliento de todas nuestras demandas. En mi nariz duerme una tarde de enero. De mis párpados cuelgan aún el haber podido ir alguna vez y el decidir tener que volver porque tal vez, tal vez...

Pero la verdadera vida, la que posee en un puño el aroma de la promesa, rebusca en sus encandilamientos, los llama comodines.

Paul Eluard: me font rire, pleurer et rire / parler sans avoir rien a dire.


Los hombres pasan, los años pasan, queda la vida. Esta vida, o cualquier otra.

Hasta que aparezcas con el huracán de tus ojos a medio rebobinar.

20 marzo, 2007

Retrato de una chica que lee a Maupassant

literatura, vendrás algún día a llevarte tantos kilómetros de nada?

15 marzo, 2007

recordar, recordar los restos del porvenir

y ella y yo nos reconocíamos la una a la otra; yo, en su rostro, ella, en mi leyenda





Anaïs Nin, La maison de l'inceste

07 marzo, 2007

Bondis Espirituales

En fin... el recorrido de estos bondis espirituales, una trazado de molestias y vanidades, todo acaba por ser un exabrupto que casi lo veíamos venir...

Pende el estar así, pende dentro estar así... luego viene el así cómo... y a eso podemos adherir cualquier cadena pleonásmica a las que aquí estamos habituados...

es entonces cuando demandarme algo, buscarme dentro y fuera del ruido, ser mi suela y ser mi escudo tiene ojos de incesto... se aniquila, impostergable, en un suspiro de bazar, atraviesa el espejo, ese que tanto te doy para que me veas...

y esa normalidad del mundo en la que naufraga cualquier tristeza miente dulce para que todo sea finalmente sucedáneo...

04 marzo, 2007

A dos días de aquí,
Dos veces cerrar la puerta

Aquí es dos días que esperan...



La trapisonda corriente de una larga desmantelación...

El COLOR partió-

El AMOR partió---

Yo partí



¿cómo describir la vida que uno, a priori, no cree real?

No hay manera para plenitudes así----- El otro día hablábamos del kibbutz del deseo, aquel sentido pleno. Uno puede mascar esa idea hasta quedarse duro, quieto y loco y no poder jamás ver ese otro lado. Hay momentos de imbecilidad, allí soltamos la mejor frase... vivimos alusiendo, más que detallando... Para poder describir lo otro es necesario poder ver lo uno... and so on...


la vida da mil vueltas en mi dedo índice...

da todas las vueltas que sean necesarias para que la noche tome su lugar