18 febrero, 2007

mi cenit-yo, tu nadir-vos

Verónica vista de arriba no sabe de mí. Verónica vista de arriba es mínima, urgente y silenciosa. Verónica vista de arriba tiene una dulzura que ruge, un par de ojos que no me ven pero que nada olvidan. Con esos ojos llora, fuma, y esos ojos también los cierra. Verónica vista de arriba tiene un folleto del Malba que no alcanzo a leer. Mira pelis que luego defenestra. Verónica vista de arriba soy yo, visto de abajo.
Verónica vista de arriba se sienta en posición india, dice que va a escuchar it takes a lot to laugh, it takes a train to cry al volver a casa. Verónica vista de arriba roba canciones, pero no las pega con curitas. Verónica vista de arriba soy yo yéndome, yo tomando el 36 a las tres de la madrugada, yo comprando Jockeys en el kiosko de enfrente. Verónica vista de arriba sueña cosas que han dejado de interesarme.

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